Gráfico de la dependencia de trigo (en grano y en harina) de Argentina. | Wilson Cahuaya
Argentina se convirtió hace al menos 10 días en el primer país del mundo en aprobar la comercialización de trigo transgénico. La tecnología autorizada se denomina HB4 y su principal característica es la tolerancia a la sequía, lo que minimiza las pérdidas de producción. Pero, ¿qué implicancias tiene este acontecimiento en Bolivia?
El consumo interno de trigo en Bolivia bordea las 750 mil toneladas por año, pero la producción no cubre ni el 50 por ciento, pues según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en 2019 el país importó 370 mil toneladas entre harina y trigo en grano, un 98 por ciento proveniente de Argentina.
La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), a través de un comunicado, informó que, al ser Argentina el principal proveedor de trigo, Bolivia importará producto transgénico. Por ello, considera que el país no debe quedarse rezagado y terminar consumiendo éste y otros alimentos transgénicos del exterior, pudiendo producirlos internamente, lo que implica mayor generación de empleos y movimiento económico.
“Con esta información, si es que todavía alguien tiene algún reparo de oponerse a la producción de trigo transgénico, sabiendo que igual vamos a importar y consumir, deberían de demostrar técnicamente qué se hará para abastecer de pan a la población nacional con trigo que no sea transgénico”, señala el comunicado.
Sin embargo, el investigador del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), Leonardo Tamburini, considera que la decisión de dar luz verde al trigo transgénico en Argentina no debiera tener ninguna implicancia en Bolivia, puesto que la Constitución Política del Estado (CPE) prohíbe toda importación de productos transgénicos.
Afirma que Bolivia importa trigo no transgénico y debiera seguir haciéndolo, pero admite que el Estado “últimamente administra al margen de la Constitución y en apego a los intereses económicos y de grupos”, por lo que no se sabe qué puede pasar.
Para el investigador, las condiciones de clima, suelo y agua en Bolivia limitan la producción de trigo, de modo que, “ni con todo el transgénico del mundo se puede producir un trigo de la calidad y en la cantidad que produce Argentina”. Explica que el vecino país, al igual que EEUU y Rusia tienen condiciones climáticas aptas para este cultivo y no necesitaron incorporar eventos transgénicos.
Por su parte, el presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Cruz (Cinacuz), Juvenal Bonilla, afirma que, efectivamente, Bolivia y sobre todo Santa Cruz –donde se produce el 80 por ciento del trigo– no tiene las condiciones de clima apropiadas para producir trigo de manera eficiente a raíz de la falta de agua, el ataque de enfermedades y el viento.
Sin embargo, Bonilla considera que, al igual que en el caso argentino, la incorporación de un evento transgénico en trigo como el HB4, caracterizado por su resistencia a la sequía, puede ser una alternativa para Santa Cruz.
Para el especialista, el contar con materiales biotecnológicos que puedan adaptarse a las condiciones de temperatura (calor y sequía), ser tolerantes a enfermedades como la roya y la pyricularia, además de aguantar fuertes vientos en época de cosecha, daría la posibilidad de que Santa Cruz “pueda convertirse en una región que pueda sostener las necesidades de trigo a nivel nacional”.
Bonilla menciona que los problemas antes mencionados inciden en bajos rendimientos, puesto que los productores no pueden cosechar siquiera las dos toneladas por hectárea. Sin embargo, al contar con eventos transgénicos, los rendimientos pudieran alcanzar una media de 2,5 toneladas por hectárea, algo que, según él, dejaría más que satisfechos a los productores bolivianos.
Las condiciones favorables para el cultivo de trigo en Argentina y Brasil permiten alcanzar rendimientos entre tres y cuatro toneladas por hectárea.
Rechazo en Brasil. A través de un comunicado, la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) manifestó su desacuerdo con la comercialización de harina y grano de trigo transgénico desarrollados en Argentina.
Argumentó que el tema es analizado hace 30 años por la comunidad científica, gobiernos y consumidores y, hasta la fecha, se optó por la no aprobación porque no se han identificado beneficios evidentes para las personas.
Recordó que otra variedad de trigo transgénico aprobada en EEUU en 2004 generó repercusiones negativas a escala mundial, lo que dio paso a la interrupción de su producción y comercialización.
Además, citó que una encuesta realizada por esta asociación reveló que el 85 por ciento de los molineros brasileños rechaza el uso de trigo transgénico y el 90 por ciento interrumpiría sus compras de trigo argentino transgénico.
Plataforma prevé efectos nocivos para la población
La Plataforma Bolivia Libre de Transgénicos manifestó su rechazo a la decisión del Gobierno de Argentina de autorizar la producción y comercialización de trigo transgénico, pues advierte que, entre otros aspectos, se multiplicará el uso de herbicidas.
Esta plataforma explica que el herbicida que utilizará el trigo con la tecnología HB4 (tolerante a la sequía) se denomina glufosinato de amonio y es más tóxico que el glifosato, por lo que está prohibido en varios países debido a sus efectos cancerígenos.
Señala que es tóxico incluso para organismos benéficos como arañas, ácaros depredadores, mariposas y numerosos microorganismos del suelo.
Menciona, además, que expondrá a la población a fumigaciones con agrotóxicos todo el año, no solamente en época de verano como actualmente ocurre con la soya. “Dará lugar a fumigaciones con este herbicida altamente tóxico en invierno, cuando es aún mayor la susceptibilidad a contraer enfermedades respiratorias”.
La plataforma dice que “un nuevo veneno estará presente en el pan nuestro de cada día”, puesto que el trigo tendrá residuos de glufosinato al igual que las harinas y sus derivados.
Advierte una contaminación del reto de los trigos, ya que, al liberarse el evento transgénico, en pocos años se diseminará por polinización cruzada y por “bolsa blanca”.
Destacan inocuidad de trigo transgénico
El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Argentina, indicó que el cultivo de trigo transgénico recientemente aprobado no difiere significativamente de los riesgos inherentes al cultivo convencional, según reportó EFE.
Incluso, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) concluyó que el trigo transgénico “es inocuo para la alimentación humana y animal”.
La empresa argentina Bioceres fue la encargada del desarrollo de esta tecnología para el trigo.